Hace unos días se realizó la ceremonia de los IG-NOBEL del 2.008, como en anteriores ediciones se reunieron un montón de investigadores y científicos (premios Nobel incluidos) en el teatro Sanders de Harvard, para pasar una velada divertida entregando los premios a las investigaciones
“que primero nos hacen reír y luego pensar” de este año y estoy en la obligación de realizar un recorrido por los más curiosos y divertidos. Si ninguna duda tendría que comenzar con el que se ha concedido en el apartado de Nutrición:
Nutrición: Se ha concedido el Ignobel a Massimiliano Zampini, de la Universidad de Trento en Italia y a Charles Spence, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), por modificar electrónicamente el sonido de una patata chip para que la persona que la mastica piense que es más crujiente y fresca de lo que realmente era.
Paz: Concedido a el Comité Federal Suizo de Ética sobre Biotecnología No Humana (ECNH) y a los ciudadanos de Suiza por adoptar el principio legal de que “las plantas tienen dignidad”.
Arqueología: Los afortunados han sido los investigadores Astolfo Gomes de Mello Araujo y José Carlos Marcelino, de la Universidad de São Paulo (Brasil), por medir cómo durante el curso de la historia, o al menos los contenidos en una excavación arqueológica concreta, pueden ser modificados por las acciones de un armadillo.
Biología: El premio ha recaíado en los investigadores: Marie-Christine Cadiergues, Christel Joubert y Michel Franc, de la Escuela Veterinaria Nacional de Tolouse (Francia) por descubrir que las pulgas que viven en un perro pueden saltar más alto que las que viven en un gato.
(Algunos científicos durante la ceremonia)
Medicina: Dan Ariely, de la Universidad Duke (EEUU), por demostrar que los medicamentos falsos y caros son más efectivos que los medicamentos falsos y baratos.
Ciencia cognitiva: Los ganadores fueron: Toshiyuki Nakagaki, de la Universidad de Hokkaido (Japón), Hiroyasu Yamada de Nagoya (Japón), Ryo Kobayashi de la Universidad de Hiroshima, Atsushi Tero de Presto JST, Akio Ishiguro de la Universidad de Tohoku (Japón) y Ágotá Tóth de la Universidad de Szeged (Hungría), por descubrir que los mohos del cieno pueden resolver laberintos.
Economía: Concedido a Geoffrey Miller, Joshua Tyber y Brent Jordan de la Universidad de Nuevo México (EEUU), por demostrar que el ciclo menstrual de las bailarinas eróticas influye en las propinas que reciben.
Literatura: El premio a recaído en David Sims, de la Escuela de Negocios Cass (Reino Unido), por su delicado trabajo “¡Bastardo!: Una exploración narrativa de la experiencia de la indignación dentro de las organizaciones”.
Física: Conseguido por Dorian Raymer, de la Iniciativa para la Observación de los Océanos, y Douglas Smith, de la Universidad de California (EEUU) por demostrar que las hebras de hilo o los pelos tienden inevitablemente a enredarse.
Química: El Ig-nobel se lo adjudicaron a Sheree Umpierre, Joseph Hill y Deborah Anderson, de la Facultad de Medicina de Harvard (EEUU), por describir el uso efectivo de la Coca-Cola como espermicida. Este premio ha sido compartido con C.Y. Hong, C.C. Shieh, P. Wu y B.N. Chiang, de la Universidad Médica de Taipei (Taiwan), que aseguran que esto no es así.
Es curioso este premio porque se lo llevan tanto los que defienden que la Coca-Cola es un eficaz espermicida como los que aseguran que no ¿A quien creemos?
Yo por si acaso ya había comentado este tema en el libro
“Leyendas Urbanas, entre la realidad y la superstición. Aguilar. 2006” donde reflejaba que la Coca-Cola no poseía esos efectos anticonceptivos que algunos aseguraban.
(El premio entregado en el 2.002)
(El premio entregado en el 2007)
Más información:http://improbable.com/ 
