viernes, 29 de agosto de 2008

Leyendas Urbanas en Ser Digital...

Los compis de Ser Digital de la Cadena Ser tuvieron el valor de entrevistarme y charlamos un buen rato de Leyendas Urbanas, aquí os paso el enlace por si teneis el valor de escucharlo entero

http://www.cadenaser.com/espana/audios/ser-digital-2008/seresc/20080813csrcsrnac_1/Aes/


(En la foto Chema Puente y Miguel Ángel Muñoz)

Sucedió en Todo es ponerse...

Ya casi terminamos temporada y es hora de reflejar las últimas visitas que tuvimos en el programa... Toni Cantó protagoniza en Antena3 TV la serie "700 euros, Diario de una Call Girl", además de seguir con un montón de proyectos, entre otros, teatro

Otro histórico que pasó por nuestro programa fue Rosendo, ahora de gira por toda España, aquí están los próximos conciertos...


El grupo Undrop actuó para nosotros en directo


Como se aprecia en las fotos lo pasamos en grande con ellos


estuvimos rodeados de maestros que han montado una banda llamada "carabina 3030" este es un video de como se ensayaba para la actuación en el programa





Con el gran Pancho Varona


Las últimas canciones de Madrigal en Todo es ponerse:

22/08/08:
LUDOVICO EINAUDI. DIVENIRE- L'Origine Mascota
RODRIGO LEAA. O MUNDO- Ave Mundi
AFRO CELT SOUND SYSTEM- Inion
INEL INEL DE AUR- Bucovina Dub (bye Shantel vs Rona Hartner)

miércoles, 27 de agosto de 2008

Las otras maravillas con Nacho Ares...

LA LOSA DEL REY PACAL
nachoares70@gmail.com / www.nachoares.com



El hallazgo más importante de Alberto Ruz (1906-1979), fue el descubrimiento en 1952 de la tumba del Señor de Pacal (615-683 d. de C.), en lo más profundo del templo de las Inscripciones en Palenque, en el estado de Chiapas (México). Su complejo arqueológico se encuentra a unos 8 kilómetros al sur de la población de Santo Domingo del Palenque, en el extremo sur de la península del Yucatán. En 1949 el monumento apenas era visible al estar sumergido en una densa cortina de vegetación. Nunca antes se había explorado de una manera científica y todo parecía indicar que este edificio podía albergar gran cantidad de tesoros. Los trabajos de “deforestación arqueológica” no tardaron en sacar a la luz una enorme construcción de forma piramidal de ocho plantas. En la última plataforma se encontraba el acceso a un templo. Dentro de él, Ruz se vio atraído por una de las losas centrales del suelo. Las escenas de los relieves de las paredes no se detenían al llegar al suelo. Parecía que continuaban por
debajo de éste. Esto, junto con la forma de la losa señaló al arqueólogo que algo debía de haber debajo del templo. A finales de mayo de 1949, Ruz descubrió la presencia de una escalera labrada en la roca de la montaña. La escalera se hundía hacia el interior de la montaña y estaba llena de restos de arcilla y bloques de piedra. Tras descender 45 peldaños, Ruz alcanzó un primer rellano con un giro en forma de “U”. Aquí el arqueólogo descubrió la entrada a dos pozos que interpretó como puntos de entrada de luz y aire en la Antigüedad desde un cercano patio. Pero la escalera no terminaba allí.
Tras el rellano, otros 21 escalones llevaban a un pasillo occidental obstruido por una pared. Tanto al final como en el primer escalón alguien había dejado sendas cajas con ofrendas en su interior hechas en jade, cerámica y una hermosa perla en forma de gota. No quedaba más remedio que tirar abajo la pared para poder continuar en el descenso. Tras él, Ruz se topó con una nueva losa, en esta ocasión de forma triangular. A sus pies, como si se tratara de las ofrendas que anunciaban un enterramiento, los arqueólogos descubrieron huesos de seis jóvenes, uno de los cuales era una mujer. Exactamente se encontraban a 25 metros por debajo del templo de la cima, y a solamente 2 de la base de la pirámide. Más allá de la losa triangular, finalmente, había una cámara de 9 por 4 metros, cuyas paredes estaban decoradas con relieves en estuco. Era el 15 de julio de 1952 y Ruz acababa de hacer uno de los descubrimientos más apasionantes de la historia de la Arqueología. Lo más asombroso descansaba en el centro de la habitación. Allí había lo que en un principio creyeron que era un altar formado por una enorme losa de piedra de 3,8 metros de longitud, 2,2 de ancho, 25 centímetros de altura y de 5 toneladas de peso. La losa descansaba en un monolito de 6 metros cúbicos, apoyado en 6 grandes bloques de piedra trabajada, todo ello cubierto de espectaculares relieves. Mover la losa fue toda una proeza. En su interior, Ruz descubrió los restos humanos de un hombre de unos 40 o 50 años de edad. El cuerpo estaba boca arriba, con una máscara de jade cubriéndole el rostro y con orejeras. Entre otros tesoros que se descubrieron con él había figuras de jade y varias joyas en forma de diadema, collares, y anillos. Efectivamente, aquello era la tumba de un personaje importante de Palenque; el Señor de Pacal. Con ello no solamente daba un paso adelante en la historia de los grandes descubrimientos, sino que además daba un nuevo giro de tuerca a los estudios que había hasta la fecha sobre las pirámides mexicanas. El hallazgo de Ruz confirmó que los monumentos centroamericanos no
solamente eran lugares de culto sino que, además, se asemejaban a las pirámides egipcias. Esto es lo que dijo Ruz de la representación de Pacal en su losa funeraria: “Esta ‘Tumba Real’ de Palenque —señala el arqueólogo mexicano en su relato publicado en 1953 en el Illustrated News londinense— también nos permite suponer que la actitud hacia los muertos mayas del ‘halach uinic’ se aproximaba mucho a la de los faraones. La piedra que cubría la tumba parece confirmar esta apreciación y sintetiza en sus relieves algunos rasgos esenciales de la religión maya. La presencia aquí, en una losa sepulcral, de motivos que se repiten en otras representaciones, nos facilita quizá la clave para interpretar los famosos paneles de la Cruz y la Cruz Foliada (o Enramada) en Palenque, y también algunas pinturas de los códices. En la piedra en cuestión vemos a un hombre rodeado de símbolos astrológicos que representan el cielo —el límite espacial de la tierra del hombre y la morada de los dioses, donde el fijo curso de las estrellas marca el implacable ritmo del tiempo—. El hombre reposa sobre la tierra, representado por una grotesca cabeza con rasgos fúnebres, ya que la tierra es un monstruo que devora todo lo que vive; y si el hombre reclinado parece caerse hacia atrás es porque su inherente destino es caer a la tierra, el país de los muertos. Pero sobre el hombre se alza el bien conocido motivo cruciforme, que, en algunas representaciones es un árbol, en otras la estilizada planta del maíz, pero que siempre es el símbolo de la vida surgiendo de la tierra, la vida triunfante sobre la muerte”.
Sin embargo, poco después la polémica no tardó en ver la luz con otra interpretación más arriesgada. La descripción que hace Erich Däniken del relieve, cuyo descubrimiento fecha de forma errónea en el año 1935, no tiene desperdicio. “Ante nuestros ojos aparece un ser humano, sentado, con el torso inclinado hacia delante en la actitud del corredor ciclista; cualquier niño de nuestros días identificaría su vehículo como un cohete. El artefacto tiene una cabeza puntiaguda, continúa con unas extrañas aletas estriadas, luego se ensancha y termina a popa en un fuego llameante. El propio ser, encorvado y tenso, manipula una serie de palancas indefinibles y apoya el talón izquierdo en una especie de pedal. Su indumentaria es funcional: un pantalón corto a cuadros con un ancho cinto, una chaquetilla de moderno corte japonés, gruesas manoplas y polainas. Puesto que conocemos ya como precedente otras representaciones similares, nos extrañaría mucho la falta del complicado sombrero. Pero no, ahí está de nuevo el casco con sus resaltes y pinchos semejantes a antenas. Nuestro astronauta —su silueta es inconfundible y, por tanto, podemos llamarlo así— no evidencia sólo acción por la actitud; ante su
vista cuelga un aparato que él observa con mirada fija y penetrante. Entre el asiento delantero ocupado por el astronauta y la parte posterior del vehículo, donde vemos cajas, círculos, puntos y espirales, hay varios puntales”. Que cada uno saque sus propias conclusiones ayudándose de las imágenes que aquí acompaño.

No olvides leer...

Nacho Ares, Arqueología de los dioses, Aguilar, Madrid 2007.
C. W. Ceram, En busca del pasado, Destino, Barcelona 1959.

martes, 26 de agosto de 2008

viernes, 22 de agosto de 2008

Sucedió en Todo es ponerse...

Manu Tenorio compartió con nosotros un rato de tertulia mientras presentaba su actuación de esta noche en el Casino de Madrid

(En la foto también están: José Lunas, Adam Latonda y Álvaro Jimenez que actuaron en directo en nuestro programa)

El gran maestro Miguel de los Santos se pasó por Todo es ponerse para hablarnos de sus anécdotas en tantos años de trabajo en los medios de comunicación

Los actores de la peli "Carlitos y el campo de los sueños" se pasaron a presentar el estreno, en la foto Gustavo Salmerón e Irene Visedo

El grupo Melocos se acercaron por nuestros estudios, horas antes de tocar en las fiestas de la Paloma en Madrid, nos cantaron una de sus canciones a capela


La música de Andrés Madrigal:

Lunes 18 de Agosto:
KHALED- Raba Raba.
PIERRE AKENDENGUE- Africa Obota.
ELETHERIA ARVANITAKI- Meno Ektos.


Miércoles 20 de Agosto:

SARAH VAUGHAN- Peter Gunn.
TINARIWEN (Aman Iman: Water is Life)- Cler Achel.
MARK KNOPFLER AND ENMYLOV HARRIS- Beachcombing.
MUDDY WATERS- Mannish Boy (I´m a man).

Las otras maravillas... con Nacho Ares

EL ESCORIAL
nachoares70@gmail.com / www.nachoares.com


Ningún historiador pone en duda que bajo el cetro del rey Felipe II se agrupó la unidad territorial más extensa de la Edad Moderna y una de las más grandes de toda la Historia del hombre.
Bajo su mando se encontraban la corona española, las dos coronas de Castilla y Aragón, Navarra, el Rosellón, el Franco Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, el Milanesado, Nápoles, diversas plazas norteafricanas como Orán y Túnez, Portugal y su Imperio extendido por toda África y Asia y, por supuesto, toda la América descubierta y Filipinas.
La obra más emblemática de todo su reinado es la construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, a casi 45 kilómetros de Madrid. Fue levantado entre 1563 y 1586. El conjunto alberga la famosa basílica, un monasterio de la orden de los Jerónimos y el panteón de los Reyes de España. El edificio es enorme: mide 208 por 162 metros y cuenta con cuatro pisos.
La Historia cuenta que la razón que empujó a Felipe II a construir tan impresionante edificio fue la creación de un enterramiento para la dinastía de los Austrias. El nombre se tomó del patrón del día de la victoria española contra
los franceses en San Quintín, acaecida el día de San Lorenzo de 1557.
Juan Bautista de Toledo fue el primer arquitecto del proyectó. Diseñó una planta reticular organizada en torno a varios patios simétricos que rodeaban a la basílica. La propia fachada de la iglesia es una representación a escala gigantesca de la parrilla en la que el santo patrón sufrió martirio. Tras la muerte de Juan Bautista de Toledo le sucedió Juan de Herrera en 1567, quien con algunas variaciones acabó el proyecto en 1586. En 1984 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Quizá El Escorial es uno de los iconos más insólitos del reinado de Felipe II. Sabemos que junto al exagerado fervor religioso que rodeaba a todo lo que hacía el monarca, existía un ambiguo acercamiento al mundo de la magia, el esoterismo y, en definitiva, el mundo pagano. Por un lado consideraba El Escorial como una suerte de talismán gigante: las bolas que rematan los torreones de las esquinas están repletas de reliquias de santos para “proteger” el edificio. Por otro lado, Felipe II montó en Madrid un laboratorio de alquimistas a quienes pagaba para que buscaran la Piedra Filosofal y el elixir de la juventud. El más importante de estos alquimistas será Ricardo Estanihurst, quien trabajó en el llamado círculo de El escorial, precisamente, la obra de Felipe II más enigmática de todas.
No es casual que bajo El Escorial, en plena Sierra de Guadarrama, se encuentre el centro radioestésico de la Península, el lugar en donde Felipe II levantó su monasterio, guiado por los consejos de varios sabios árabes.
Uno de los lugares más impresionantes de todo El Escorial es la biblioteca compuesta por 45.000 manuscritos en donde se estudiaba entre otras ciencias la magia y astrología. En definitiva, toda una suerte de ingredientes que junto a un asunto político de vital importancia para la época, el asesinato de Juan de Escobedo, en 1578, secretario de su hermanastro Juan de Austria, acabó sembrando la semilla de la leyenda negra en Felipe II.

No olvides leer...
Juan García Atienza, La cara oculta de Felipe II, Martínez Roca, Madrid 1998.
Manuel Fernández Álvarez, Felipe II, Espasa Calpe, Madrid 1998.

domingo, 17 de agosto de 2008

Luces en el Escorial...

El monasterio del Escorial es una auténtica maravilla a visitar, un lugar mágico donde la historia se descubre a cada paso, y si a la belleza del entorno se le une unos fuegos artificiales alumbrandolo todo creo que el resultado es espectacular.
Os dejo una fotos y un video de este fin de semana.



Y nada mejor para comer en el Escorial que el restaurante el Charolés, aquí os dejo la crítica que escribí para Radiocable.com

http://www.radiocable.com/restaurante-charoles-el-escorial-madrid.html

sábado, 16 de agosto de 2008

Sucedió en Todo es ponerse...

Muchas visitas hemos tenido estos días, algunas curiosas como estos luchadores mejicanos (Heavy Metal y Felino) que están de gira por España acercándo este espectáculo tan famoso en México


Estas son sus fichas técnicas...



Hueco, volvió a pasarse por el programa y nuevamente nos sorprendió su buen rollo, ya lo hemos anotado en la lista de amigos del programa


Nos dejaron muy sorprendidos los graffiteros de Boa Mistura, aparte de por lo majos que son, por los trabajos que hacen...


aquí os mostramos sólo una pequeña muestra, tenéis más en:
www.boamistura.com




Y para los fans del mítico grupo de pop español "Golpes Bajos" buenas noticias, German Coppini vuelve con un grupo llamado "lemuripop"


Nosotros tuvimos la suerte de que actuaran para el programa



La música de Madrigal emitida el viernes 15 de agosto...

CHEIKH N’DIGËL LÔ– M’beddemi.

SEYDU– Waka waka.

OUMAYMA AL KHALIL– Takbor fil al aamar.

SONG FOR THE UNIFICATION OF EUROPE– Sinfonia de Varsovia (Filarmónica de Silesia).

Las otras maravillas... con Nacho Ares

TEOTIHUACÁN
nachoares70@gmail.com / www.nachoares.com


A 48 kilómetros de México D. F. se encuentra el complejo piramidal de Teotihuacán. Esta ciudad que llegó a albergar a casi 250.000 almas en la época de su máximo esplendor, hacia el 500 d. de C., ofrece a lo largo de sus dos kilómetros una visión magnífica de lo que es capaz el hombre para satisfacer a los dioses.
El complejo mexicano posee el mismo planteamiento arqueoastronómico que otros del planeta como Gizeh, en Egipto. Los monumentos más importantes de Teotihuacán, las pirámides del Sol y la Luna y el templo de Quetzalcoatl, construidos en algún momento entre el 200 a. de C. y el 200 d. de C., están ubicados en la misma posición que las pirámides egipcias, si bien con una orientación diferente. La gran plaza de la Ciudadela y el templo del Sol están paralelos a lo largo de la llamada Avenida de los Muertos, mientras que el templo de la Luna está al final de esta avenida, es decir, fuera del alineamiento con las otras dos, tal y como ocurre en la meseta de Gizeh con la pirámide de Micerinos. Esta circunstancia ha sido utilizada por Adrian Gilbert para intentar buscar algún supuesto vínculo de conexión con la misteriosa constelación de Orión.
El investigador Stansbury Hagar llegó a la conclusión de que el complejo piramidal mexicano era un mapa del Cielo y que la llamada Avenida de
los Muertos desempeñaba la función de la Vía Láctea. Sin embargo, ha sido el investigador Gerald S. Hawkins, astrónomo del observatorio de Cambridge, en Estados Unidos, y una de las piezas clave en el descubrimiento de aparentes coincidencias entre la construcción de Teotihuacán y algunas constelaciones. En su libro Más allá de Stonehenge, continuación de su clásico Stonehenge descodificado, Hawkins apunta que mientras las calles de Teotihuacán están planeadas sobre un sistema de cuadrícula, las intersecciones de sus calles, en cambio, no tienen un ángulo de 90 grados como sería de esperar, sino de 89. Por su parte, tampoco la cuadrícula está orientada a los puntos cardinales, tal y como ocurre en casi todos los grandes monumentos de la antigüedad, sino que corre paralela a la Avenida de los Muertos, dirección noreste, apuntando a la constelación de las Pléyades.
Utilizando un programa informático al que proporcionó todos los datos del complejo de Teotihuacán, Hawkins descubrió algo más sorprendente. Algunos de los monumentos estaban orientados hacia la estrella más grande de la constelación del Can Mayor, Sirio.
Un ingeniero llamado Hugh Harleston, que trabajó en Teotihuacán durante los años 60 y 70, llegó a la conclusión de que esta ciudad bien podría ser una maqueta del sistema solar. En ella el templo de Quetzalcoatl sería el sol, y los planetas, una serie de monumentos adyacentes que guardaban la escala y distancias proporcionales.
Son muchísimas más las teorías que relacionan Teotihuacán con algún elemento del sistema solar. Por ejemplo, se ha dicho que la pirámide del Sol tiene su frente principal exactamente opuesto al punto por donde desaparece el sol cuando éste se encuentra en su punto más elevado. Para alcanzar este logro, el arquitecto de la pirámide tuvo que desviar el monumento 15 grados y 30 minutos del norte real. También, el investigador James Dow afirmó que la ciudad había sido construida sobre un marco cósmico (¿?).
En cualquier caso, haciendo un pequeño resumen de todas ellas, los problemas que proporcionan son muy similares a los de Gizeh. Y es que las pruebas históricas indican que su construcción debió de realizarse a partir del 200 a. de C. en diferentes etapas muy distanciadas en el tiempo. Sin embargo, las pruebas astroarqueológicas parecen indicar que la ciudad refleja un momento anterior, el IV Milenio a. de C. dando la razón, de alguna manera, a las tradiciones de los propios aztecas, quienes mencionaban que fue la divinidad Quetzalcóatl quien la construyó en el 3113 a. de C.
Sus vecinos mayas lograron efectos quizá más espectaculares. En el templo de Cuculcán, en Chichen Itzá (México), en el equinoccio, la sombra de los peldaños refleja un extraño movimiento sobre la superficie de la pirámide, lo que provoca la sensación de que por su enorme escalinata desciende una serpiente emplumada.

No olvides leer...
José Antonio Belmonte, Las leyes del cielo, Temas de Hoy, Madrid 1999.


Mi aportación al reportaje, algunas fotos tomadas en Tehotihuacán





Con el doctor Cabrera, una eminencia en el mundo de la arqueología y uno de los mayores conocedores de los misterios de Tehotihuacán