domingo, 7 de junio de 2009

En memoria de Ernesto...



A veces las amistades, aunque sean fugaces, dejan una gran marca en nuestro corazón.
De Ernesto recordaré muchas cosas pero sobre todo su serenidad y su sabiduría, daba la impresión que cada vez que charlaba con él me respondía el maestro que llevaba dentro.
No he tenido ocasión de compartir mucho tiempo con él pero ha debido de calarme muy hondo cuando he sentido la necesidad de escribir estas pocas palabras en medio de la noche.
Ya Teruel no volverá a ser el mismo y estoy convencido que en la próxima reunión con mis "hermanos" acudirá a nuestra memoria y será inevitable algún brindis por su recuerdo.
Ernesto ya no está con nosotros, seguramente en "el otro lado" necesitaban gente buena y justa para "echar una mano" y poner "orden" a todo lo que va llegando.

Estés donde estés Maestro te envío un fuerte abrazo, gracias por los momentos que hemos compartido y... ¡Buen viaje!

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